30 de diciembre de 2013

Crónicas de un año intenso

En las horas previas a la llegada de un nuevo año es típico que uno va y revisa qué cosas pasaron durante los 365 días anteriores, y en ese ejercicio puedo decir que este 2013 tuvo de todo un poco, de lo bueno y lo malo, con hechos marcados con mucha intensidad, sobre todo en lo familiar. La partida de mi abuela Lucy, y todo el proceso de despedida fue una de las cosas que dejaron huellas en mi y en mis cercanos. La enfermedad de mi Tata también es un dolor que hemos tenido que cargar y una incertidumbre que aún nos acompaña.
Pero no todo es tan malo, en el balance positivo de las cosas fue un año estable en lo laboral, en lo social he compartido con mucha gente que he ido conociendo en el camino, también he aprovechado todo el tiempo posible en dedicarme tiempo para mí mismo, de viajar y descansar, de compartir con los amigos. Podría decir que he estado en buena compañía durante todo este año.
Muchos planes resultaron, otros simplemente quedaron en carpeta, esperando una nueva oportunidad.

¿Y qué es lo que espero del 2014?

Que sea un buen año para todos, que esté lleno de energía y que se cumplan todas esas cosas que quedaron a medias o postergadas. Para mí por fin se vienen las anheladas vacaciones, porque después de 2 años muy sacrificados es necesario hacer una pausa... y esperemos llenarnos de buenas noticias.

2 de septiembre de 2013

Falta inspiración

Después de mucho tiempo vuelvo a escribir acá, esperaba tener algo interesante o entretenido que contar como para darle el brillo que este espacio se merece... o sea, nadie se mete a leer un blog para latearse o aburrirse. Pero nada, he estado mucho tiempo dándole vueltas a la idea de qué rumbo debería darle, si hacer algo útil, informativo, o seguir con esa semi intimidad del "espaciolibre" en la cual cualquier cosa es bienvenida, sin tener una línea o temática definida. Es difícil inspirarse cuando el día a día te consume, cuando uno siente que las redes sociales hacen la pega más rápida que dedicarle unos cuántos minutos para detenerse y escribir algo más allá de 140 caracteres o un par de párrafos que pueden caber en el muro de Facebook... puede ser que lo instantáneo y lo breve mata un poco la magia.

Al final de cuentas, siento que no puedo dejar morir el blog, que aqui hay trabajo, historia, palabras dedicadas, emociones, opiniones... en cierto modo, tiene vida propia. Y mi intención es que eso siga siendo así.

Así que por ahora sigo diciendo: presente!