1 de febrero de 2006

Crónicas de Loncura: la vecina, la enfermera y los otros


Bueno, les cuento que acabo de llegar de una semana total de descanso por allá en aquél balneario llamado Loncura... casi todos los veranos vamos junto a mi familia de vacaciones ahi, pero esta ya es la segunda vez que vamos sin mis viejos, por causas de fuerza mayor, pero no por eso lo ibamos a pasar mal ni mucho menos, más bien fue todo lo contrario.

Si algo puedo decir del período de este año es que fue bastante distinto a los años anteriores, ya que generalmente se llena de gente el recinto, pero ahora habian muchos menos veraneantes... afortunadamente nos juntamos la mayoria de los que coincidimos en los veranos, más los otros de siempre con los que ya con éste llevamos tres años seguidos viéndonos allá (léase como "Kuerpos").

Algunas anécdotas para el recuerdo:
  • casi la mitad de los dias nos tocaron nublados, pero igual agradables comparados con la temperatura récord de Santiago donde no se podía estar en ninguna parte debido al excesivo calor...
  • se supone que el recinto estaba totalmente desratizado, sin embargo, igual encontramos un ratoncillo muerto en la escalera...
  • el DJ de turno, que ponía la música de todas las noches, era el papá del DJ oficial, asi que no dió una con el repertorio para bailar, ni siquiera en la fiesta final... de más está decir que ya nos tenía mareados de escuchar reggaeton todo el rato.
  • un dia abrieron accidentalmente las regaderas del pasto que rodea la piscina, y la gente tuvo que salir arrancando con toallas y todo. Todo un chiste.
  • la enfermera del recinto fue el peor fiasco de la temporada: no llegó nunca a tiempo a las emergencias que se presentaron dentro del período, al parecer el lema era "si te enfermas, te mueres...". Más rápido habría llegado el SAMU antes que ella...
  • en la cabaña al lado nuestro habia una señora que nos fue a acusar un par de veces a la Administración por "ruidos molestos". En una oportunidad la culpa no fue nuestra, sino de unos amigos nuestros que estaban en las cabañas de al frente. La cuestión fue que ella también metía bulla temprano por las mañanas poniendo música de Mazapán a todo volúmen (llegué a odiar a la Cuncuna Amarilla) y además tenía un secador de pelo que era más ruidoso que la turbina de un C-130 (Hércules). Gente inmoral hay en todos lados...

Pero no todo fue tan malo como se ve, tambien puedo enumerar las cosas buenas que pasamos allá, el haberse reencontrado con los amigos, haber conocido gente nueva, el carrete nocturno hasta altas horas de la madrugada, el copete de todas las noches, las canciones con guitarra, los chapuzones en la piscina, etc.

El premio limón se lo ganó con creces mi querido amigo Felipe, ya que se lo pasó odiando todos los dias, y por sus comentarios poco afortunados. Bueno, se sabe que necesita un sicólogo con suma urgencia.

En resumen, fue un verano entretenido, algo freak eso si, pero buenisimo al final de cuentas.

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