Un fin de semana de locos

Este fin de semana fue bastante especial. Y lo digo asi porque salió un poco de lo normal, siempre he sido partidario de dejarse sorpender o de hacer cosas distintas de vez en cuando para combatir la monotonía... y justo ahora se dieron las condiciones, como en otras oportunidades tambien.

Partiendo por el viernes, que fui a visitar a una amiga a la cual no veia en años, y con la cual hemos tenido varias cosas en común: estudiamos en el mismo colegio, estuvimos en el mismo grupo de scouts, entramos al mismo instituto profesional (DuocUC) y nos titulamos el mismo año, pero en carreras distintas... y además participábamos ambos en la Pastoral del instituto, por lo cual compartimos la experiencia de ir por dos años seguidos a misiones en Punitaqui, al interior de Ovalle. Fue un entretenido reencuentro, lleno de anécdotas y de música también... lo único malo fue que esperábamos a otro amigo en común que nunca llegó, Victor... en fin, igual volví de madrugada en mi casa, por lo que el sábado me levanté súper tarde.

El sábado estábamos invitados a la celebración del cumpleaños del Tata. Era una fecha que no podiamos dejar pasar, más que mal no se cumplen 80 años todos los dias... y llegaron a la casa del Tata casi todos los miembros de esta extensa familia, mis tios, mis primos, los sobrinos, para compartir un rico asado. Iba todo bien, incluso cuando cantamos el cumpleaños feliz algunos comenzaron a meterle mano a la torta y a arrojarle crema al primero que se atravezara... todos muertos de la risa y cubiertos de crema!... Al final lo único malo fue que el Tata se accidentó al tropezarse con la mesa de centro del living y se cortó con los vidrios de un vaso quebrado, por lo que fue necesario llevarlo llevarlo a la posta para que le suturaran la herida... afortunadamente no fue nada grave, pero igual pasamos susto.

Y el Domingo, puro dormir para reponerse de este loco fin de semana... jejeje!